Sin Ti

Sin ti, no tendría en el valle de Acor mi esperanza,
Tampoco montaría tus caballos Padre,
Sosteniendo en mis manos tu espada,
Teniendo tanta gloria sobre mí,
Como la del olivo,
Habitando en tu ciudad fortificada.

Sin ti, a las bestias del campo
En la tempestad cegada del abismo,
¡Les daría asco comerse mi carne!
Seria estéril, maldito y sin fruto,
Estando perdido en la torre de Babel,
Trayéndote fuego extraño como Nadab y Abiú…
Llorando la comezón de la lepra como María.

Sin ti, Ba’al Peor sería mi castigo,
Teniendo que arrodillarle mi cordura…
Las primicias de mi engaño colmado de males,
Menospreciando la tienda de los rectos.
Temiéndole al más pequeño de mis enemigos.

Sin ti, me acosaría el mal.
Maldiciéndome los perezosos infames,
Ahogándome en el pozo de mis propias lágrimas…
En donde la mentira le quita la sed al necio.

Teniéndote a ti… ¡los malos se me inclinan!
La caña aromática y la canela
Me acompañan en la intimidad contigo,
Apacientan mi cabeza sobre tu pecho,
Sintiéndome como la Sulamita.