Escucharé tus ruegos
Cuando mi voluntad descanse en ti
Cuando a mis pies tu vida
Huela como a un perfume
Para abrirte los cielos
Derramando sobre ti
Los panales endulzados
Con la miel de mis miradas.
Escucharé tu llanto
Cuando tus rodillas
Sepan como morir en Cristo
Purificando tu humanidad
Desde la popa, hasta la proa
Navegando cada milla
Fijándome en ti.
Escucharé tu oración
Cuando abras la puerta,
Cuando en tu mesa esté cenando
Y me pidas agua del jarro del cielo
Viendo en tus labios
La zarza encendida con mi fuego.
Escucharé tus ruegos
Cuando dejes de ensuciar mis perlas,
Cuando Cristo siembre en ti su ADN
Catapultando con mi látigo
Todo engaño y basura
Echándolo al fondo del Mar Negro.
Sólo escucho
A los que me dejan disiparles la niebla,
Sacarlos de la prisión…
Amputándole los brazos al diablo,
Para que junto a mi rebaño
Comas los verdes pastos
Que tengo preparados para ti.