Despierten, despierten

No sera suficiente el orgullo
Cautivo en el castigo de los hijos
Nacidos lejos de la gracia.
¿Van a hablar las sillas
Donde se sentaron tantos años?
O van a decir:
"Yo hice, fui y di mi camisa...
Entregue mi propio cuerpo para los demas...
Tuve compasion sin limites
En la lluvia de miradas,
Ovacionando mi ternura llena de amor...
Y no entiendo por que gritas:
"Castigo, castigo...castigo"
Cuando yo...

Mirame a los ojos y dime que estas viendo.
Desde la tierra tu tenias que conocer mis ojos...
Yo te hablo, de quien hablabas con tanto amor profundo:
"Mi Señor"...
Soy yo Jesus, estoy vivo.

Presumes cosas de las cuales el cielo es testigo
Y el perfume de las flores te conocen,
Cada hoja que en su caida de la rama madre
Me cantaba...
Tu hacias actos en tu nombre
Teniendo don de profecia
Y la gente te aclamaba:
"Oh, que gran prediocador".

Soy yo ¿No me reconoces?
Tu corazon te dice:
"Es mi Señor, me habla..."

¡Castigo, castigo...Castigo!
¡Callense la boca les ordeno!
Esta no es una historia rara y buena de contar,
Es realidad, que sin poder contar con cifras
Muchos perdieron mi regalo.
¡Oh mis hijos!

Todavia tienen mi suspiro
Y cada lagrima que cae de mi rostro.
Tienen todavia el poder
Que saca de las tumbas,
A los que durmieron escuchando mi palabra.

2

Entiendan el mensaje de mis siervos.
Tienen que escuchar de ellos.
Muchos despues del castigo,
Lloran pidiendome en fuego,
Que mande muertos revividos
Para predicar a sus queridos,
Para no llegar a donde ellos
Lloran sin futuro.

Mis amigos son ustedes
Pongan sus cabezas en mi pecho...
¡Amen mis latidos!

Despierten, despierten...despierten.
Para que oir palabras de:
"Castigo, castigo...castigo."
No sera suficiente el orgullo
Depierten, oh, mis hijos.


Ciudad de Mexico 2003